A pesar de que la presencia de destinos turísticos en medios sociales ha mejorado mucho en cantidad y calidad, hay determinados aspectos en los que no se repara, y que pueden suponer el éxito o el fracaso de su comunicación online. Hablamos del éxito real, del retorno de la inversión, del posicionamiento de un destino… para siempre. Porque las redes sociales “se cuecen a fuego lento”, porque es con el paso de los meses y de los años cuando podemos observar (y medir) el fruto de nuestro trabajo de comunicación 2.0
¿Cuál es el primer y más importante error que se puede cometer al iniciar una estrategia de comunicación en Social Media? Pues el más obvio y sin embargo a veces equivocado: la elección de nuestro nombre, nuestra marca.
Utilizaba en el título de este post el título de uno de mis libros favoritos “La palabra más hermosa”; porque así lo veo yo. Como decía mi profesor de la asignatura de Hoteles, Vicente Marhuenda: la palabra más hermosa para cada uno de nosotros, la que mejor nos suena y nos hace sentir valorados, es nuestro propio nombre. Que nos llamen por nuestro nombre nos enorgullece, nos hace sentir reconocidos y valorados… ¿No deseamos eso mismo para nuestros destinos? Entonces ¿Por qué no lo valoramos como tal?
Errores que un destino turístico debe evitar a la hora de elegir nombre en redes sociales
Asociar nuestro nombre a un eslogan o campaña
Como dice el “nombrador” Fernando Beltrán: “El nombre es el eslabón más sensible e importante por ser el primero y el único que se comunica de una forma completa, visual y verbalmente, el que ha de permanecer luego de un modo más sólido y duradero en la memoria y evocación del público, y el que resulta más difícil de cambiar en caso de que sea necesario, porque es mucho menos oneroso cambiar el color, la tipografía o el icono gráfico que acompaña a un logotipo que el nombre de un producto o una empresa”.
La campañas turísticas tienen una duración en el tiempo, se adaptan a los cambios de la demanda, a las modas, a las decisiones políticas. ¿Cuánto pueden durar? ¿Un año, dos, tres, a lo sumo? ¿Qué pasará entonces cuando concibamos una nueva campaña? ¿Tiraremos por la borda todo el trabajo de comunicación invertido en nuestros perfiles en redes sociales?
Estoy segura de que “Guadix enamora”, lo he comprobado personalmente y así es, pero ¿Qué pasará cuando esta bonita ciudad andaluza decida cambiar su eslogan? ¿Crearemos una nueva página en Facebook que se llame por ejemplo “Guadix, vívela”, y deberemos empezar de cero a crear comunidad?
Anteponer una palabra al nombre de nuestro destino
Poneos en el lugar del usuario, imaginad que os apetece hacer una ruta turística por la preciosa provincia de Cáceres. Sois usuarios de Facebook, así que hacéis la búsqueda ¿Qué escribís? “Cáceres” ¿Verdad?
No encontramos lo que buscábamos… Porque la Diputación de Cáceres ha cometido el error de nombrar su página como “Turismo Provincia de Cáceres”. Tengamos empatía, pongámonos en el lugar del buscador.
Nombrar nuestros perfiles con el nombre de nuestro destino exclusivamente
Sí, sería lo más fácil, pero no estaríamos diferenciando claramente que se trata de un perfil turístico. Además de que lo más probable es que nuestro nombre ya esté “pillado”
Pero en el caso de Facebook nos encontramos además con la prohibición expresa de la plataforma, ya que se reserva este tipo de páginas para las “páginas de lugar”, creadas automáticamente por la misma.
Cuidado con incumplir las normas de Facebook. Por experiencia “nunca pasa nada… hasta que pasa”, y no suele tener vuelta atrás.
No comprobar la disponibilidad de nuestro nombre en TODAS las plataformas
Creamos una página en Facebook, un perfil en Twitter, y ya más adelante veremos si en otras plataformas. Y de pronto nos encontramos con que queremos abrir un perfil en Instagram y ¡horror! Hay una tienda de preservativos en Otawa que se llama igual que nuestro perfil de Twitter… 😉
Para evitar sorpresas desagradables, nada más fácil que utilizar una herramienta como Namechk antes de adoptar nuestro nombre definitivo. Y cuando lo hagamos ¡creemos los perfiles aunque no vayamos a mantenerlos activos de momento!
De vueltas con los “Visit”, “Experience” y demás…
En este punto imagino la risilla traviesa de quienes me conocéis personalmente y sabéis mi opinión al respecto 😉 No seré mala, simplemente indicaré que cumple algunos de los “errores” antes señalados:
– Se asocia a una “moda”, o campaña. ¿Qué pasará cuando entren “nuevos aires” en Catalunya y no les apetezca ser Catalunya Experience? A lo mejor entonces está de moda “Catalunya Enjoying” ¿No? Lástima de trabajo, con lo bien que lo hacen y la de esfuerzo que le han dedicado…
– Si anteponemos una palabra a nuestro nombre de usuario, dificultamos su posicionamiento y búsqueda
Seamos realistas, aunque nos gustaría, no manejamos las redes sociales de Las Vegas 😉 La mayoría de nosotros, somos sencillos destinos turísticos con ganas de diferenciarnos, darnos a conocer y comunicarnos directamente con nuestro cliente potencial y real…
Y pensemos en nuestro público objetivo ¿Qué sentido tiene llamar a nuestra página “Visit Villanueva de la Roca” si nuestros visitantes son mayoritariamente de Albacete, nuestras publicaciones son exclusivamente en castellano (o lo que es peor, en algunos casos, nuestra lengua co-oficial) y lo más probable es que a ninguna de las personas que nos quiere encontrar, se les ocurra buscarnos como “Visit … “?
En definitiva, y como conclusión a este post, utilizaré las palabras de Antoni Gutiérrez-Rubí: “El nombre de nuestra marca debe ser breve, pronunciable, eufónico, fácil de memorizar, perdurable en el tiempo, descriptivo, contenedor de valores… fácilmente declinable en submarcas, original, con marcada personalidad”
¿Cuál es mi consejo? Lo más sencillo del mundo: La palabra más hermosa, el nombre de nuestro destino + la palabra Turismo
Por cierto ¿Sabéis cuál es la palabra más hermosa, según el propio libro? GRACIAS Mil gracias por leerme! 🙂
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(post recuperado del redactado para la Web Invattur)